Estoy hablando del restaurante Canela, sin cremas.
Está muy cerca de la Plaça Universitat, unas de las zonas mas céntricas de Barcelona.
Es un local alargado y no muy grande, con unas quince mesas y una decoración basada en cremas y negros.
Tiene una muy bonita iluminación y una presentación de lo más elegante.
Fuimos cuatro a comer de menú un sábado.
Es el tercer artículo que escribo sobre este sitio pero es que hacía más de un año y medio que no decía nada y además esta vez voy a hablar de su menú de mediodía.
Y se puede describir en pocas palabras: una maravilla.
Del restaurante poco más tengo que añadir que no haya contado en La Palmera (v2) y en La Palmera, todo sigue igual.
Eso sí, lleno a rebosar, incluso si vas temprano hay que reservar.
El sistema es sencillo, hay seis platillos de primero y seis de segundo, tienes que escoger tres primeros y tres segundos.
Si van dos personas se pueden probar todos los platillos del día.
Menú por 14€ un día entre semana.
La Noguera de Vallromanes está cerca de la carretera, lo puedes ver según entras en el pueblo.
Muy cerca del Circuit de Catalunya y del campo de golf.
Es un local grande, con bastantes mesas y mucha capacidad.
El día que fuimos nosotros estuvimos casi solos, pero era un día al mediodía.
Mesa para cuatro sin reserva, sin problemas.
Fantástico restaurante en la playa de Gavà.
Pero no es solamente restaurante, es también un club con gimnasio, vestuarios, sauna, salones y piano bar.
Ya había ido alguna vez en verano,.
Es una buena opción para tomar algo mientras estas tomando el sol o si quieres cambiarte de ropa cómodamente, siempre está lleno.
Ir a comer al mediodía un día de invierno ha sido una sorpresa muy agradable.
Era un día oscuro, día de tormenta, con lluvia y nubes con claros y algo de sol.
Comida para dos al lado del ventanal con vistas a la playa.
En el centro de Munich está el museo de la cerveza y del Oktoberfest.
Está muy cerca de Marienplatz.
Es un edificio de principios del siglo XIV, muy bonito y perfectamente restaurando.
El museo en sí no es muy grande, pero solamente la visita a la casa ya vale la pena.
En la planta baja está el restaurante en el que cenamos.