De menú y todo un festival, glorioso.
Este restaurante está situado en la entrada del nuevo Espai Wellness de Granollers.
Es un local moderno, despejado, con suelo continuo y con abundancia de blancos y tonos grises.
Dos para comer de menú un día entre semana, fuimos temprano que no tienen muchas mesas.
El menú tiene un precio de unos 12€ y escogimos de segundos arroz caldoso con bogavante que tiene un suplemento de 4€, es algo que vale la pena.
Restaurante al que todavía no había ido nunca, parece ser uno de los clásicos del Districte de Gràcia.
Es un lugar grande, un local con varias salas que permiten separar a la gente y no crear sensación de comedor comunitario.
Por tanto tiene una capacidad bastante grande y muchas plazas pero con las ventajas de los sitios pequeños e íntimos.
La decoración me gusta, mucho ladrillo vista, manteles blancos y todo muy correcto, forma parte del grupo Moncho’s.
Comida par dos un sábado al mediodía temprano, no tuvimos que esperar.
Restaurante situado en una calle atrás de la concurrida avenida Meritxell en Andorra la Vella.
En Andorra en el centro siempre me cuesta comer en algún lugar que no sea una franquicia de hamburquesa o de pollo, especialmente si voy con niños.
Este restaurante es un local pequeño con pocas mesas y me parece que tienes que tener suerte para encontrar sitio cualquier día al mediodía.
Cuando llegamos el local parecía estar completo pero quedó una mesa libre para cuatro, lo bueno es que tienen mucha rotación.
Restaurante de solera en la zona del Hospital de Sant Pau.
La decoración es muy correcta aún así sorprende lo antiguo que se ve todo, esto no es algo necesariamente malo.
Aparentemente hace años que no reforman pero aún así el local es correcto aunque me produjo una sensación extraña.
Otra cosa que llama la atención es una iluminación exagerada que contrasta con todos los locales de nueva factura a los que podemos estar acostumbrados en los que nos tienen siempre a oscuras.
Cena para cinco un viernes por la noche, no hacía falta reservar.
Un sitio de foundies cerca del Arc de Triumf.
El local es muy antiguo y llevan mucho tiempo haciendo lo mismo.
No hay nada que decir de la decoración ni del local, el sitio estaba atestado y lleno de fumadores, eso no ayuda.
Al entrar ya me sorprendió que había muchas mesas ocupadas por grupos grandes y en general mucho follón y ruido.
Cena para cuatro un sábado por la noche con reserva.