Me dijeron que es un sitio estupendo para cenar a cualquier hora en Terrasa.
Me llevaron y me dejé aconsejar, fuimos cuatro.
Para empezar algo para picar: bravas (4,50€), chorizos a la sidra (6,30€) y choco (5,80€).
Las bravas me recordaron a las del Tropezón de Barcelona, en su preparación, en láminas y con pimienta, éstas estaban un poco crudas pero se dejaban comer.
De segundos unos bocadillos, de butifarra con gírgolas (9,40€), de calamares (6,50€), tío honorio de sobrasada y huevo (5,10€) y un plato de pies de cerdo (12€).
Frankfurt de los de siempre, de aquellos que proliferaron a principios de los 80.
Visto así, es un superviviente al igual que el Frankfurt Pedralbes.
El Pibe está igual que hace 20 años, yo lo recuerdo igual.
Perfecto para una comida rápida y económica, tienen unas seis mesas en el interior y la barra es grande.
Está casi en la esquina de las calles Cerdenya y Diputació, así que es fácil dejar el coche un momento en doble fila. (pero que sepas que no es legal hacerlo así, jajaja)
Fuimos dos a picar algo.
Otro restaurante de menú de los viernes cerca del trabajo, en Parets del Valles.
Tienes una cañita de cerveza al entrar y unas olivas.
Buen principio, para empezar.
No es un comedor muy grande, unas 10 mesas.
Manteles de ropa, servilletas de tela y buena presencia en general.
De primero fideuá, rica rica.
De segundo un pinchito con patatas y de postre un pastel de queso.
Estupendo restaurante cerca de Barberá del Valles en Barcelona.
Es un antigua masía reformada que tiene varios ambientes y ofrece bastantes menús de mediodía por unos 14€.
Fuimos cuatro a comer de menú.
La comida está muy bien, el servicio es rápido, son simpáticos y además no lo encontré muy caro. Un lujo.
De primeros fideua, muy decente, buena. De segundos fricandó y merluza con espárragos.
Otro menú con la gente del trabajo.
A veces vas a sitios por inercia, o te llevan o no sabes muy bien el motivo por el que acabas allí.
Fui a Mas Martí, por casualidad, el sitio elegido inicialmente no era éste, pero a uno de los que tenía que venir no le gustaba la idea así que todos cambiamos de destino.
Nos lo pasamos genial leyendo el papelito del menú que había encima de la mesa para escoger plato.
Este es el menú de Mas Martí, no tiene desperdicio.