Otro restaurante de menú de los viernes cerca del trabajo, en Parets del Valles.
Tienes una cañita de cerveza al entrar y unas olivas.
Buen principio, para empezar.
No es un comedor muy grande, unas 10 mesas.
Manteles de ropa, servilletas de tela y buena presencia en general.
De primero fideuá, rica rica.
De segundo un pinchito con patatas y de postre un pastel de queso.
Estaba de celebración, algo que suceció en este mismo lugar hace cuatro años, no había vuelto desde entonces.
Un lunes por la noche, tres mesas ocupadas, tranquilo y romántico, algo desangelado.
Sitio con poca luz, mucho rojo y con una decoración bien escogida.
Los platos correctos, el atún especialmente bueno.
Fuimos dos personas, tomamos de primeros pastel de espárragos a la aroma de frambuesas (8€) y atún marinado sobre una crema fría de tomate y aguacate (11€).
Cadena de restaurantes adosados a la franquicia Pantagruel.
Pantagruel son tiendas de embutidos ibéricos en los supermercados de las grandes superfícies.
El resumen es rápido, está rico, pero no es mi favorito, no supera ni se acerca al Andreu.
Las cocas están ricas, las hacen grandes y con un pan calentito que es muy resultón.
Pero el jamón no me impresionó y se trataba de eso, no?
Está situado en una esquinita de la calle Condal, con unos toldos negros.
El sitio está cuidado, el aspecto es bueno, me gustaron los cuadros.
Ayer estaban con problemas, al acabar la cena nos invitaron a los cafés y a los chupitos, además nos explicaron el motivo del retraso que fueron sufriendo los platos y el que no tuvieran casi postres preparados.
Todo un detalle que no suelen hacer en casi ningún local, muy de agradecer.
Este puntazo me sorprendió muy gratamente.
Siempre hay cola, pero siempre vale la pena esperar.
Es un local que parece pequeño y no lo es, es muy alargado y tiene muchas mesas, hay movimiento y aunque parezca que tardarán en darte mesa en una media hora está resuelto.
No reservan, no toman nota del nombre…. solamente salen a la puerta y preguntan a quién le toca entrar.
El sitio es bonito, está plantado en medio del centro de Granollers, justo al lado de la Fonda d’Europa con la que me parece que comparte dueños y cocina.
Hemos comido cuatro fantásticamente y además barato.