Estupendo restaurante en el centro de Barcelona.
Está un poco escondido pero se llena siempre, hay que ir temprano para tener sitio.
Nosotros hemos llegado a la una para comer, no había mucha gente, pero se llenó en media hora.
Tienen un menú muy completo y los platos están muy bien preparados.
La carta son dos páginas, una de primeros y la otra de segundos, solamente con esto te das cuenta que realmente hay muchas opciones donde escoger.
Hemos ido dos a comer.
En la visita de hace un mes a este restaurante ya escribía que tenía que volver a cenar de carta.
Lo contaba aquí y en aquella ocasión fuimos de menú.
El restaurante L’Escola es el restaurante de prácticas de l’Escola de restauració i hostalatge de Barcelona.
Cena para seis con reserva, aunque esta vez durante la noche había mesas libres.
Antes de escribir más tengo que decir algo sobre los estudiantes que trabajan allí.
Todos los que trabajan allí son mucho más que agradables y además fueron capaces de llevar bien nuestro comportamiento a veces gamberro y sinvergüenza a la hora de sentarnos a la mesa, que no es poco pensando en los que íbamos, jajaja.
Un sitio para comer en el Centro Comercial Llobregat.
Es un sitio rápido, una cervecería de platos combinados y bocadillos, además creo que también hacen platos de carta.
Entre semana no hay mucha gente y se puede encontrar mesa fácilmente, los sábados son otra história.
Encuentro que la gente que trabaja allí es muy agradable y que realmente el servicio es bueno.
Cena para dos a última hora de un día entre semana.
Fantástico.
Y aunque las raciones no son tremendamente explendidas el resultado final es muy bueno.
El lugar está bien, las mesas muy juntas, igual que el antiguo bar que ocupa.
Por cierto, el antiguo bar (que Nacho cree recordar que se llamaba Can Busto) era realmente espectacular, de los de la vieja escuela, con unos menús brutales y baratos.
Lo que decía, el restaurante La Llavor del Origens me ha gustado mucho.
Restaurante japonés situado en el SoHo en Manhattan, muy cerca de las tiendas de Apple y de Taschen.
Es pequeño, tiene solamente unas siete mesas y la decoración es realmente tradicional.
Es como me gustan a mí, con pocas mesas y que te atiendan bien… con un precio contenido.
Fuimos cuatro a cenar sin reserva y nos atendieron rápido, después de esperar unos 10 minutos pudimos sentarnos, quedaba una mesa libre en ese momento.
Para cenar tienen una carta extensa, pero ofrecen un menú con una sopa de miso de primero y 18 sushi y 5 rollos a un buen precio, el mínimo es para dos personas.