Desde el año 1979, llevan muchos años en el Born, en el Barrio de La Ribera de Barcelona.
La última vez que estuve creo que fue hace más de diez años… y lo recuerdo igual.
Es un sitio bastante pequeño, con unas seis mesas grandes, caben grupos de ocho personas sin problemas.
Y al ser un sitio pequeño, en fin de semana es necesario reservar.
Su especialidad son las fondue, sobretodo las de carne.
Es un restaurante no muy grande, con pocas mesas pero espacioso.
La gente que trabaja allí es muy agradable y super atenta.
Puede servir como ejemplo la rápida manera en la que resolvieron el problema de presentarnos a cenar seis con una reserva de cinco.
Añadieron una mesa, cubiertos y cambiaron la iluminación del techo en un momento.
Y todo ésto teniendo en cuenta que tenían un grupo de 20 personas para cenar y que además aparentemente tenían todas las demás mesas ocupadas.
Pequeñísimo restaurante en la zona de Vía Augusta con Diagonal.
Entre Sant Gervasi y Gracia.
Es un restaurante íntimo, con muy pocas mesas y comida muy elaborada.
Está realmente escondido, no es una zona de paso y la entrada es muy pequeña.
Tienes que conocerlo y saber donde vas para entrar, no entras por casualidad.
Cena para dos con reserva, creo que es totalmente necesario reservar.
Este sí que es de los de toda la vida de la zona del Born, en el Barrio de La Ribera de Barcelona.
Debe de hacer unos 20 años que lo conozco y sigue igual.
Cambió de dueños hace ya bastantes años pero realmente nada cambió.
Siguen con su clásico de pechuga de pollo al cava en el menú.
Menú para uno de cena por 12€ y nada menos que el día de navidad.
Realmente algo que no es nada fácil de encontrar, lógico que estuviera a rebosar.
Es un local de los antiguos de la zona del Born, en el Barrio de La Ribera de Barcelona, la antigua Taverna de Santa María, ahora con nuevos dueños.
Hace uno o dos meses que se traspasó y ha pasado de ser un restaurante rústico a ser un restaurante fashion.
Le han dado un buen lavado la cara, han cambiado la decoración un poco y han aprovechado lo más bonito del local que era la piedra vista y las bóvedas.
El resultado es muy bueno, es íntimo y acogedor, agradable.