Restaurante muy bien situado en un primer piso del Passeig de Gracia de Barcelona.
Tiene unas vistas especialmente interesantes de la calle, ese es uno de sus atractivos.
La decoración es modernilla pero sin llegara a ser fría, es un local en el que se está a gusto nada más entrar.
Además la gente que trabaja allí es más que correcta y muy atenta, te hacen sentir muy cómodo y están pendientes de tí en todo momento.
Cena para dos con reserva del día anterior.
Restaurante encontrado por casualidad, entramos sin conocerlo ni saber nada, dando un paseo por el centro.
Después de pasar la tarde en el Skating y con la necesidad de buscar un sitio donde cenar algo acabamos en el.
Está situado en una zona muy turística, quizás por eso no sorprende que la carta que nos ofrecieron estuviera en primer lugar en Ingles y luego en letra más pequeña en Castellano y Catalán.
Cena para cuatro, aunque en realidad cenamos solamente tres.
Restaurante del centro de Barcelona.
Está muy cerca de Plaza Catalunya y a un paso de las Ramblas, toda una opción cuando estás en el centro.
Solamente tiene unas diez mesas en la entrada pero en la parte de atrás hay espacio para bastante más gente.
La decoración es modernilla y la cocina está a la vista, hay espacio entre las mesas.
Resulta un sitio muy agradable, se nota el cariño de los que trabajan allí y se nota el esfuerzo para que estés bien, me parece un sitio interesante.
Menú de mediodía para cuatro.
Increíblemente rico.
Está dentro del mercado de la Boquería.
El ir a comer aquí es toda una experiencia, es más, puedo asegurar que hay que ir.
Solamente se puede ir por las mañanas, abren muy temprano y cierran a las cuatro de la tarde.
Todo a base de deliciosa comida de mercado (evidente) en platillos para compartir.Comida para tres, no hay reserva y siempre hay que esperar, pero siempre hay sitio.
Estupendo sitio.
Está situado en la falda del Tibidabo, al pié del funicular.
Dividido en dos zonas, en dos restaurantes de hecho, hoy hablo del de la parte de arriba, el Mirador.
Éste tiene unas brutales vistas de Barcelona, sentado en la mesa durante la cena se puede disfrutar de la visión de buena parte de la ciudad.
La decoración es correcta, tradicional. El ambiente es tranquilo, relajado y cómodo.
Cena para siete con reserva.