Un retorno a este restaurante después de dos años de la primera revisión.
Y creo que todo sigue más o menos igual, pero con la sensación de que hay muchos menos clientes.
En cualquier caso no es algo único en este restaurante, es algo que se nota en general y está claro el motivo.
Fue una cena para dos un sábado por la noche sin reserva y con varias mesas libres.
Muchas mesas de extranjeros y pocos locales.
Otro de los que estaba en la cola para publicar,que este Agosto he dejado un poco de lado el blog, he preferido desconectar un poco.
Esta vez un mexicano del barrio de Gràcia, de paseo un sábado al mediodía buscando un sitio para comer.
Ha sido algo extraño, ha sido un sitio reencontrado por casualidad, no parecía el mismo sitio al que había ido a cenar una vez hace ya más de tres años y que comentaba en este artículo.
He tenido que confirmarlo varias veces para creérmelo, el tiempo pasa y las cosas cambian, lo que me resulta más increíble es que hayan pasado más de tres años.
Comida rápida para viajar, mientras esperas un vuelo.
Está en el aeropuerto de BCN, pasados los controles hacia la zona de embarque B.
No es lo mismo que ir a los otros restaurantes que la cadena tiene por Barcelona, creo que no tienen toda la carta.
Ya había hablado de alguno de ellos en otras ocasiones, me encantan los caracoles pero aquí no los tienen.
Así que comida rápida un día entre semana para dos personas todo el rato pendientes de la hora de salida del vuelo.
Hacía dos años que no decía nada de esta terracita en plena Barceloneta.
Es el sitio del que más reseñas he escrito.
Ésta será la quinta y la primera fue en el verano del 2006, el año pasado se me escapó pero también estuve.
Siempre comento lo que ha cambiado y trato de buscar las diferencias con años anteriores pero es difícil.
Es difícil ya que cuando vas cada año a un sitio y cuando piensas en él cómo en algo que vale la pena, ir a ese sitio ya se ha convertido en una tradición y con las tradiciones no eres muy objetivo.
Cena tranquila cerca de casa, un finde con pocas ganas de burcar algo nuevo.
A veces ocurre, has pasado 100 veces por delante de un sitio y te has dicho que tienes que probarlo pero siempre lo recuerdas cuando pasa por delante y no puedes entrar.
Esta vez lo vimos al mediodía y ya hicimos la reserva para la misma noche, así seguro que no se escapa.
La decoración es bastante tradicional, el restaurante Mic tiene las paredes de obra vista y todo está en tonos cálidos.
No es un espacio muy grande, haz unas diez mesas.