Estaba de celebración, algo que suceció en este mismo lugar hace cuatro años, no había vuelto desde entonces.
Un lunes por la noche, tres mesas ocupadas, tranquilo y romántico, algo desangelado.
Sitio con poca luz, mucho rojo y con una decoración bien escogida.
Los platos correctos, el atún especialmente bueno.
Fuimos dos personas, tomamos de primeros pastel de espárragos a la aroma de frambuesas (8€) y atún marinado sobre una crema fría de tomate y aguacate (11€).
Está situado en una esquinita de la calle Condal, con unos toldos negros.
El sitio está cuidado, el aspecto es bueno, me gustaron los cuadros.
Ayer estaban con problemas, al acabar la cena nos invitaron a los cafés y a los chupitos, además nos explicaron el motivo del retraso que fueron sufriendo los platos y el que no tuvieran casi postres preparados.
Todo un detalle que no suelen hacer en casi ningún local, muy de agradecer.
Este puntazo me sorprendió muy gratamente.
Decía en mi anterior revisión de este restaurante que tenía que volver por la noche, de carta, pues bien, el pasado jueves lo hice.
El Blau sigue siendo un lugar fantástico para una velada romántica.
Es de aquellos lugares en los que te encuentras a gusto rápidamente y resulta fácil iniciar una buena charla. (realmente a mí no me cuesta mucho iniciarla en cualquier sitio….jajaja)
Solamente hace falta un poco de vino y hasta te pones a hablar de cosas importantes.
Pues resulta que en St. Quintí de Mediona han abierto un restaurante, y está muy bien.
Llegamos tres para comer el día de reyes sin avisar y nos ofrecieron la última mesa, resultó un éxito y nos salvó el día, la verdad.
Es un sitio nuevo, bonito y resulta que la cocina es muy buena.
La gente es super agradable, un encanto.
Era un día raro y había menú, por eso de las fiestas y tal.
De primeros tomamos, canelones y ensalada de salmón.
Windsor Barcelona.
Cuina Catalana, eso es lo que pone por todos sitios.
Es un restaurante autoclasificado como ‘el mas elegante de Barcelona‘.
La primera impresión que llevas es de sobriedad, con aparcacoches y parking justo delante me sorprendió el aspecto de su clientela. Y es que estamos en fechas extrañas, supongo, había muchas mesas de celebración, todos de americana y corbata (algún abrigo de piel y todo) y la media de edad era superior a los 40 años.
En aquellos casos que veías alguna persona más joven, era acompañando a sus padres, seguro.