Oscuro restaurante en el Born, en el Barrio de La Ribera de Barcelona.
Digo lo de oscuro en broma, es un local con poca iluminación y me parece que tiene menos todavía los jueves y domingos.
Es un sitio íntimo y muy agradable.
Te sientes acogido y el trato es muy bueno. Lleva tiempo en el barrio
Hacía mucho tiempo que no cenaba aquí, pero no por su culpa.
Cena para dos sábado noche, con reserva, hay dos turnos y siempre está lleno.
Es un restaurante no muy grande, con pocas mesas pero espacioso.
La gente que trabaja allí es muy agradable y super atenta.
Puede servir como ejemplo la rápida manera en la que resolvieron el problema de presentarnos a cenar seis con una reserva de cinco.
Añadieron una mesa, cubiertos y cambiaron la iluminación del techo en un momento.
Y todo ésto teniendo en cuenta que tenían un grupo de 20 personas para cenar y que además aparentemente tenían todas las demás mesas ocupadas.
Es un local de los antiguos de la zona del Born, en el Barrio de La Ribera de Barcelona, la antigua Taverna de Santa María, ahora con nuevos dueños.
Hace uno o dos meses que se traspasó y ha pasado de ser un restaurante rústico a ser un restaurante fashion.
Le han dado un buen lavado la cara, han cambiado la decoración un poco y han aprovechado lo más bonito del local que era la piedra vista y las bóvedas.
El resultado es muy bueno, es íntimo y acogedor, agradable.
En la visita de hace un mes a este restaurante ya escribía que tenía que volver a cenar de carta.
Lo contaba aquí y en aquella ocasión fuimos de menú.
El restaurante L’Escola es el restaurante de prácticas de l’Escola de restauració i hostalatge de Barcelona.
Cena para seis con reserva, aunque esta vez durante la noche había mesas libres.
Antes de escribir más tengo que decir algo sobre los estudiantes que trabajan allí.
Todos los que trabajan allí son mucho más que agradables y además fueron capaces de llevar bien nuestro comportamiento a veces gamberro y sinvergüenza a la hora de sentarnos a la mesa, que no es poco pensando en los que íbamos, jajaja.
Precioso.
Un sitio fantástico para ir a degustar vinos y comer platillos especialmente preparados.
La decoración es modernilla, muy limpia y descargada de adornos innecesarios.
Lo encuentro un sitio elegante y bonito.
Cena para dos
Éramos casi los únicos clientes durante toda la noche, en otros sitios pasarían de nosotros, pero aquí nos trataron de coña.