En Lugo unos días de visita.
Así que de noche unos vinos con sus estupendas tapas por la parte antigua, algo que resulta estupendo en esta ciudad.
Y para cuando el hambre aprieta un poco más y el alcohol se empieza a notar lo mejor es buscar un sitio para comer alguna ración y llenarse más el estómago.
El restaurante Antas de Ulla está en medio del mogollón de la zona vieja de vinos, es uno más de los muchos que se pueden escoger allí.
Cena para cuatro en la terracita, con muchas suerte de encontrar un sitio, hacía falta una chaqueta para el fresco y eso que es Julio.
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Restaurante en la zona del Districte de Gràcia.
Un sitio encontrado para picar algo después del teatro, por cierto fuímos a ver el monólogo de Txabi Franquesa en el Teatreneu, algo muy bueno, lloré de risa un buen rato.
Así que después de un paseito por la zona y viendo que los más céntricos estaban a rebosar acabamos en Can Tresó que estaba a punto de cerrar.
El restaurante no es muy grande, unas seis mesas y tiene apuntados los platos en una pizarra en la pared.
Restaurante clásico para comidas rápidas por el centro.
Es uno de los sitios con los mejores bocadillos, tienen unas tapas y unas flautas realmente deliciosas.
Encuentro que es un lugar bonito, las mesas están muy cerca una de otras pero en general se está bien, en cualquier caso no es un sitio tranquilo puesto que las mesas tienen mucha rotación y siempre está lleno de gente.
Comida para dos un sábado al mediodía, tuvimos que hacer una media hora de cola, era hora punta y es un sitio que siempre está lleno, una pena eso de las colas.
Mira que bien, por fin he ido a uno de los que me estaba olvidando reportar en este blog.
Y es que el Vaso de Oro es uno de esos sitios de los de toda la vida en la Barceloneta.
Es un local alargado con entradas desde la calle a todo lo largo y con la barra ocupando toda la parte del fondo.
Comida para dos un día entre semana de estas pasadas fiestas.
De tapear un ratito.
Cené en la terraza y no pude ver el interior pero por lo que pude distinguir desde fuera es algo así como un colmado, una charcutería o una tienda de ultramarinos.
En la terraza se está bien, algo de ruido por el tráfico de la Ronda de San Pablo y un rato agobiados por una impertinente que a todas luces había bebido más de la cuenta y que vino a meterse un rato con nosotros.
Cena para dos entre semana con mucho sitio en las mesas.
