Muy buena, de las que hay que ver.
De vez en cuando los australianos nos sorprenden con alguna película que no te puedes perder.
Y ésta es de esas imperdibles.
Es una película de acción, pero realista, sin fantasmadas, con muchas notas sobre la vida y las relaciones entre la gente.
Sorprendente la manera de contarlo todo, de lo perdido que vas al no saber que puede pasar, con muchos giros inesperados pero sin sentir que te están tomando el pelo.
El director y guionista es David Michôd, muy bueno, el mismo de Spider (2007) que tengo pendiente y que ahora seguro que buscaré.
Muchas calamidades, muchas penas.
Y encima sabiendo que está basado en unos hechos reales contados por uno de los protagonistas.
Y hay mucho que contar, es una película larga con más de dos horas de duración, lo bueno es que se hace bastante llevadera.
Lo que resulta más increible son todas las penurias que llegan a pasar, es un barbaridad lo que llegan a sufrir.
El director y guionista es Peter Weir, conocido por buenas cosas como Master and commander: Al otro lado del mundo (2003), El show de Truman (Una vida en directo) (1998) o la fantástica El club de los poetas muertos (1989).
Ya es del 2009, pero seguía pendiente.
Un trabajo genial del protagonista que es Michael Caine.
El director es un desconocido Daniel Barber y el guionista es un tambien casi desconocido Gary Young.
Por eso me parece que buena parte del mérito se lo lleva un Michael Caine brillante y tierno.
Aún mantiene su rostro impenetrable como en la mayor parte de su filmografía, pocas o ninguna sonrisa, pero como siempre dice mucho con su interpretación.
La película está bien, es demasiado típica quizás o demasiado absurda en muchas cosas, pero tenemos al protagonista para salvarla.
Esperaba mucho de esta película, tanto hablar y tanto comentario hacen que te formes una idea previa.
Y me ha gustado mucho, solamente hay una cosa que se le puede reprochar y es su excesivo regocijo en la suma de todas las desgracias que sufren los protagonistas.
Es excesivamente terrible y descarnada, no hacía falta tanto de lo mismo para seguir siendo una muy buena película.
Como ejemplo sirve el que en las tomas realizadas en la Plaça Catalunya casi se reconoce esa ubicación por lo triste y sucia que es la fotografía: fría y desgarrada.
Algo que se hace demasiado opresivo a lo largo de toda la película y que no era necesario.
Siempre es dificil tratar el tema del cáncer en una película.
Se puede ser demasiado melodramático o quizás rozar el absurdo por lo irreal o pecar de superficial.
Lo que está claro es que con esta temática será un drama y eso aquí lo explotan al máximo.
Si hay algo que criticar en esta película quizás sea la facilidad que tienen para añadir efectos melodramáticos, efectos que aumentan la angustia y la tristeza que ya de por si tiene la historia.
El uso de la música y la manera de contar las cosas provocan bastantes lágrimas, es un película para llorar eso que quede claro, para llorar y quizás para pensar en temas profundos.