Tenía ganas de empezar una buena serie y con esta me lo estoy pasando bien.
El protagonista es James Badge Dale, lo recordamos de The Pacific.
La productora es la conocida American Movie Classics (AMC) creadora de cosas tan maravillosas como Mad Men.
Hay quien la acusa de ser demasiado lenta, pero a mí me encanta el ritmo que tiene, es tranquila y pausada pero mantiene la atención en todo momento.
Me autoconsidero un seguidor de la serie, de esos capítulos originales y graciosos.
De esas seis temporadas que comenzaron hace 12 años y que acabaron en el 2004.
En su momento me tragué todos los capítulos, y dos veces, me encantó.
Pero ya me costó ver la primera película de hace dos años y ahora para mi han perdido lo poco que les quedaba.
Vaya porquería de película, un truño en toda regla, algo imfumable.
Buena, algo así como dos películas en una.
Por un lado está la película de acción con las clásicas fantasmadas de la figura de super-héroe que lo arregla todo (o que por lo menos lo intenta).
Y por otro lado está la denuncia/ficción de lo mal que pudieron ir las cosas y la denuncia de parte de las bochornosas mentiras que se lanzaron durante el inicio de la guerra de Irak.
Como película de acción es una gran película, entretenida y emocionante.
Como denuncia se queda muy corta, demasiado peliculera.
Entiendo que a algunos les pueda resultar reveladora, pero han necesitado muchos años para producir algo así en Hollywood y creo que lo hacen un poco tarde.
Ya tiene tres añitos pero todavía no la había visto.
Y vale la pena, es muy buena.
He disfrutado, tenía ganas de una película que resultara interesante y entretenida y que además estuviera bien hecha.
El director es Sidney Lumet, una béstia de la dirección con cosas tan maravillosas como Un mundo implacable (1976) o Tarde de perros (1975).
Los protagonistas son Philip Seymour Hoffman y Ethan Hawke, el primero lo recuerdas de cosas como Magnolia (1999) o El gran Lebowski (1998) y el segundo por Gattaca (1997) o El club de los poetas muertos (1989).
Se queda muy pero que muy corta.
Tienes muchos efectos, mas o menos conseguidos, pero no se aguanta por ningún lado.
Incluso aunque te la tomes como un mero producto palomitero resulta difícil de digerir.
La aparición de Liam Neeson es lamentable, cada vez peor este hombre y no digamos ya de un Ralph Fiennes del que no hubiera sospechado una cutrería así.
Del protagonista Sam Worthington no digo nada, solamente que el doblaje español es de pena, pero de mucha pena.