Me entró un ‘nosequé’ y aquí estoy, de visita en Lugo.
Tres días de vacaciones, un avión y un coche de alquiler y me planto en casa de mis papis en un momento.
Y lo cierto es que esa sensación de volver a casa… aunque no sea Navidad, es bestial.
Como siempre que vengo, lo más destacado, los tópicos: el frío , la comida, la gente, las tapas, los vinos, los precios….
Fíjate en la foto del panel del coche: -1,5 grados de temperatura exterior.
Haré una visita obligada al restaurante Praya, con su cordero y sus truchas.
Comeré tortilla de patatas de mi madre y solomillo de ternera del pueblo.
Tomaré tres tapas gratis con cada chato de vino por un euro y me quedaré helado hasta llegar al coche.
Como ejemplo de lo que siento sirve el siguiente anuncio que me envió Cristina hace ya un tiempo: