Es una película tranquila y pausada, con cierto humor escondido y mucha ternura, mucha.
Al final te queda un sabor agridulce, puedes ver que tiene cierto optimismo pero no es una película especialmente alegre.
No me resultó nada extraño que Christopher Plummer se llevara el Oscar a mejor actor secundario este año.
Tiene un papel agradecido, de esos que dan mucho juego y que permiten explotar la parte ñoña que todos llevamos dentro, pero aún así lo hace muy bien sin regocijarse en el drama.
Los protagonistas son un Ewan McGregor típico, con sus dulzura y su calidez y una Mélanie Laurent que se sale.
El director y guionista es Mike Mills, un modernillo que se estrena con esta película y del que solamente he encontrado alguna referencia a algún vídeo que ha dirigido para Moby, vamos un modernillo.
La película se lleva un
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Dejo el trailer para haceros una idea