Es lo que se tarda en caer desde los 14.500 pies de altura hasta los 5.000 en los que se abre el paracaídas.
Unos tres kilómetros de caída libre que haces cuando te sueltan desde el avión a 4.500 metros de altura.
Y es que me lancé en tandem en Empuriabrava.
Empuriabrava es una población que está situada a unos 150km al norte de Barcelona y que tiene un aeródromo desde el que se hacen muchas actividades relacionadas con el paracaidismo.
En este aeródromo es donde está la sede de Skydive, el centro/escuela de paracaidismo con el que yo salté y que organiza saltos en tandem, bautismos y todo tipo de cursos y seminarios.
El salto.. pues genial.
Hace unos años había probado el parapente y la sensación no es la misma.
También ya había subido en avioneta y helicóptero varias veces antes y esa parte no me impresionó, la altura y el paisaje tampoco, pero el que se abriera la puerta y el que te lleven y te tiren por ella… eso sí.
El salto al vacío es brutal, es una sensación acojonante.
La caída libre es una pasada, una pena que sea una sensación demasiado breve: 50 segundos no son nada mientras caes.
El resto del descenso con el paracaídas abierto ya es muy parecido al parapente y se disfruta mucho del paisaje de aquel trozo de la costa brava.
Una experiencia de lo más interesante.
En mi caso el resumen sería: poco miedo (en general), mucha sensación de seguridad, mucha gente que sabe lo que hace y mucha adrenalina en el momento del salto y la caída libre.
Apuntaros a algo parecido, mucha más info en Skydive.