(Dejo el texto integro de la opinión de Nacho publicada en la Vanguardia)
Entristece leer que el señor Manuel Marín se retira de la política aunque sea para la loable tarea de luchar contra el cambio climático.
Persona con carisma, de gran valía profesional, valiente e independiente, capaz de enfrentarse con su propio partido por fidelidad a la verdad y al buen desarrollo de la actividad parlamentaria. Ha sido despedido por seguidores y detractores con palabras de cariño y reconocimiento por su trabajo. Tarea no siempre fácil, como el mismo reconoce: «una legislatura muy difícil y en algunos casos insoportable«.
Manuel Marín nos ha enseñado otra forma de ser y hacer política y nos ha regalado grandes momentos, como amonestando a todo el arco parlamentario por su actitud; más propia de un patio de colegio que de la institución que representaban.
Sin embargo, me entristece mucho más que el postulante a sucederlo sea el Sr. Bono, que no lleva ni cuatro días como pre-candidato y ya nos ha regalado pinceladas de su persona. Volvemos a lo mediocre, volvemos a personas más interesadas en alcanzar un protagonismo personal que en desarrollar su cargo. Que triste!
Con declaraciones como las del pasado 11 de diciembre «las naciones son un ‘invento’ y el Estatut no lo quiere nadie» no hace más que demostrarme lo poquito que vale para un cargo tan importante como el de Presidente del Parlamento; además de constatar, una vez más, que en el hemiciclo volveremos a oír eso de «mi padre era falangista» antes que una llamada al orden a sus graciosas señorías por una actitud pueril.
Me cuesta creer que dentro de las filas del PSOE no exista alguien más idóneo para ese cargo.
– Nacho G. – la Vanguardia 12/12/07